[Texto original de Simone Mello]

CAJA DARTE: Danzando de las cuatro paredes hasta el Universo

Entonces el Señor Dios, hizo caer al hombre en un profundo sueño, y mientras dormía, le sacó una costilla y cerró la carne sobre el lugar vacío. Y de la costilla que le había sacado al hombre, Dios formó una mujer.      
                                                                                                           (Libro del Génesis)

Aquí trataremos del espectáculo: LA CAJA, de donde entraron y salieran los protagonistas de una temporada de Danza Contemporánea en Cusco, más precisamente en CASA DARTE; uno de los únicos estudios dedicados a la enseñanza, investigación y performances de las artes del cuerpo, en esta ciudad cosmopolita, que aún espera por ver nacer nuevas “cajas-negras” como esta de los Darte. El cuerpo es como una caja negra en la que todo queda guardado. El escenario también es una caja-ficticia y surreal, un espacio de resistencia y recreación sublime. Y cuando reunimos cuerpo y caja en un mismo escenario negro, explotan fuegos de artificio.

Los Dartes, abren su CAJA e inmediatamente todos los envueltos son asaltados por el mítico recipiente de la mitología griega; porque todos sabemos, qué al abrir la caja de Pandora, nos abrimos al Caos. ¿A final de dónde viene todo, sino del caos? ¿Qué es lo que quiere el deseo del creador? ¿Qué es lo que sueña el cuerpo de los danzantes? ¿Cuál es el rostro del acontecimiento que eligen relucir? El arte emerge del Caos donde se extraen testimonios íntimos y plurales, porque el artista crea algo con aquello que sucede en sus vidas, en sus cuerpos. Los acontecimientos son una fuente ingobernable que no paran de suceder y provocar a los que son tocados por ellos. ¡Es la benevolencia generosa del ARTE – es para todos! Todos pueden crear. En la definición de cuerpo de Spinoza[1] el cuerpo se entiende por su poder de afectar y ser afectado y en esta oportunidad vamos compartir aquí breves percepciones–sensaciones y referencias que buscan un diálogo con los lectores y los protagonistas de este episodio artístico que la pareja nos ofrece. Antes, hay que acordarnos que el otro que aquí cuestiona; será siempre el estreno, extranjero, forastero que ven-de-afuera. Ese sujeto raro que “está-afuera”, muchas veces, incomodando al de “aquí-adentro”. La funcionalidad de los artistas afecta sus espectadores y vice-versa. Se ellos se encajonan, el público se encajona, conjuntamente. Es la empatía pretendida trabajando a favor de la danza de los signos, símbolos y mensajes que brotan del cuerpo en la cotidianeidad para el cuerpo en sueño.

Dúo Darte;

En el ballet se llamaría un pas de deux y en la Danza Contemporánea se nombra dúo. Dentro de este formato tenemos infinitos ejemplos de artistas que investigan en dupla.
Para los que frecuentan la Danza es casi imposible no tener en mente a los legendarios partners, Vaslav Nijinsky y Anna Pavlova, Kazuo y su hijo Yoshito Ohno, Silvie Guillem & Akram Khan, etc. Y como no mencionar los duetos de Steve Paxton con Yvonne Rainer, Trisha Brown, Lisa Nelson, Simone Forti o Nancy Stark. Estos últimos que, a las vueltas de los años 70, iniciaran un movimiento que luego consolidaría un sistema de improvisación conocido como “Contact Improvisation“, basado en el movimiento corporal y su relación con el espacio. Nacía la idea de una danza de energía, a partir del contacto cercano de los cuerpos; y creo que son estés referentes que podrán amparar nuestra mirada para envergar por posibles lecturas del material compositivo y dramatúrgico, de LA CAJA.
Desde lo sutil se abre LA CAJA que se presenta en primer lugar en un vacío sideral-planetario. Al inicio es un viaje lento. Todos en el público tratamos de estar quietos, ante los cuerpos que poco a poco vamos percibiendo en la oscuridad. En una atmósfera íntima, lentamente, comienzan a desplegarse… los pies se flexionan, las extremidades se estiran, las espaldas olean. Dos cuerpos desnudos se amontonan en un montículo y dos seres se entremezclan sin cesar, borrando sus límites. Infundidos en un ambiente de sonidos que sugieren el contacto con la naturaleza, los dos cuerpos conectan a todos los presentes. Y muy breves formas van desenrollando en un continuo que sugiere otras dimensiones: esculturas vivas, que dejan ver los músculos tonificados de los brazos, de los hombros y de las espaldas que trabajando micro presencias sugieren incontables posibilidades de lecturas y visiones.  Por un instante quizá tengamos que flotar los ojos, como que nos certificando que no son mirajes: del omóplato un pájaro vuela, de las costillas unas tortugas…y como humo los vimos sumir…

Es el antes y el después de LA CAJA que se dispone en una inmensidad desnuda. Un entre lugar donde aún no estábamos poblados por la llenura de los objetos creados por los seres… En este “tiempo-espacio-intervalar” están ellos, los dos seres, el femenino y masculino, en la soledad del universo. Danzan entre y como bacterias, amebas, insectos, moluscos.

Antes de LA CAJA;

El coreógrafo francés Xavier Roy[2],nos dice acerca de la desnudez, que frecuentemente hace uso en sus coreografías: “…no es una táctica de choque, sino una búsqueda de lo escultural y lo sublime”.La desnudez ha existido desde tiempos prehistóricos”, dice John Kaldor, quien llevó a la obra de Le Roy a una temporada en Australia. “Todos somos iguales, pero son diferentes”, dice Le Roy… “La piel es genial en mostrar eso”.

Y casi que inevitablemente llega al escenario, una nueva aparición, que viene a tocar nuestra piel: una simples caja de madera, es el objeto elegido para componer el triángulo, Hombre-Mujer-Casa. En partituras secuenciadas danzará LA CAJA, posicionada en puntos específicos del espacio, marcando límites entre los dos cuerpos que van siendo puestos en evidencia y en acción. El público puede presenciar un trabajo de amor a la destreza física, resistencia muscular y encajes bien estudiados, que platean grafías muy bien coreografiadas.
Charlotte Giusti es francesa, de donde viene su formación europea en la danza. Mauricio Rueda es cusqueño y se autodenomina actor y no bailarín. Pero el viene abriendo su caja-fuerte para cultivar la danza; quizá afectándose positivamente de la cercanía íntima con la danzarina. En La Teogonía de Hesíodo se anuncia que, sin mujer, la vida del hombre es impracticable. Es posible que, sin darse cuenta, Rueda, venga asimilando esta aproximación de su cuerpo que danza y despertando el amor por el oficio de los danzantes-coreógrafos, que en sus gritos silenciosos, plasman instantes que proclaman la potente belleza del invisible. El coreógrafo Sidi Larbi[3] Cherkaoul dijo: “Lo que no puedo decir, bailaré”. Antes de penetrarnos ´más en la nueva creación, parece importante volver al punto de partida de estos dos creadores contemporáneos. Como siempre hay un antes; para esta joven dupla de Cusco, también hubo un antes, una inauguración en forma de Dúo. La obra de ellos, que antecede a la actual, fue un remontaje del material coreográfico creado originalmente por Laura Aris y Germán Jáuregui. Se trata del trabajo “Y del Resto No sé Nada” de 2008.

Aquí va un breve poema de Germán Jáuregui, que curiosamente parece anunciar el prólogo de lo que los Dartes plasmarían a seguir en LA CAJA:

“…Sólo sé que la única posibilidad de atravesar este desierto

que se precipita sobre nosotros,

es con tu ayuda, con tu soporte,

con tu peso, con tu aliento…

Y sólo sé también que allá donde lleguemos

ése será el lugar

el lugar donde descansarán nuestros restos.”

En esta nueva composición coreográfica, Charlotte Giusti asume el destino de Pandora como el «mal bello». Su presencia en escena nos remete a “panta dôra”, que tiene todos los dones ¡Su solo es una chispa de rayo electrizante, en una noche de relámpagos! Ella es la “pantôn dôra”, que tiene dones de todos los dioses. En este caso, los dioses de la bailarina son su formación que la destinó a buscar el rigor, en un oficio reiterado de la educación a través del ejemplo de los maestros. Porque cuando contemplamos a un danzarín es inevitable no sentirlo acompañado desde su red de antecesores. Lo que llamamos Danza Contemporánea hoy, es un hilo que se extiende a las cuevas pre históricas. Y Giusti sabe, que al cuerpo no se le pasa nada por alto y que la danza implica en una relación que se origina en la percepción de nuestro cuerpo, como un objeto de estudio que exige grande obsesión y aprecio por toda historia vivida. Aspectos que no faltan a Charlotte.

  [4] Charlotte Giusti y Mauricio Rueda en “Y del Resto NO sé Nada” (2016-2017) Casa Darte-Cusco-Perú.

Caja-Huevo-de Brillo

La Caja de los Darte invita al público a un viaje Deleuzeano: “Toda obra es un viaje, un trayecto, pero que sólo recorre tal o cual camino exterior en virtud de los caminos y las trayectorias interiores que la componen, que constituyen su paisaje o su concierto” (Deleuze, 1996). La simples idea de una caja alberga el rizoma Deleuzeano que nos permite navegar por variados sentidos, que brotan del acontecimiento que se exprime danzando. Vuestra obra es como un juguete de niños que nos lleva a otras Obras Primas. De una simples caja, se desdoblan nuevos compartimentos, que revisitan las cajas de Ligia Pape[5]  y de Andy Warhol[6].  Pape creó su obra “El Huevo” en 1968 y llegó a predicar la “libertad absoluta” en la creación. Sus espectadores podían entrar dentro de la escultura y quebrar su parte lateral como que experimentando nacer de un huevo. “Brillo”, era una marca de esponjas, cuyo envase plasmó Warhol y reconstruyó su tema recurrente de la publicidad en lucha contra el consumo compulsivo que se promovió tras la Guerra Mundial.

 

En el escenario de los Dartes, presenciamos desde el vacío, un espacio lleno de resonancias, a la vez exteriores e interiores. Allí donde gravitan las vivencias y proyecciones que los dos cuerpos ofrecen al público, se ve un objeto que luego toma forma de Cubo-Huevo”. El huevo encerrará la individualidad del hombre y la mujer aún protegidos. En cuanto en el afuera, revelados después de romper la “Pared-Casca de Huevo, acompañamos la pareja original lanzándose en el espacio público, en la dimensión colectiva de la alteridad.
Los dioses habían otorgado a Pandora una gran curiosidad, por lo que tocó a Charlotte-Pandora, abrir su caja para ver qué había dentro.  Y surge la Caja-Casa en una especie de representación doméstica del salvaje de toda experiencia humana. Lo que pasa entre cuatro paredes de bueno y de malo se va iluminando en tiempo extendido, tal como en la rutina que asombra a todas las parejas.  Desde del interior de las cuatro paredes desfilan los males del mundo. Y vemos dos seres íntimamente ligados siendo atravesados por los espíritus del hambre, la sed, la pobreza, el asesinato, la muerte, los celos, y muchos otros fantasmas que asombran nuestra llamada vida civilizada. Una secuencia de tenebrosos males nos presenta la pareja. Su caja les sirve de moldura y el espectador mira todo a través de este marco, que más parece la ventana tan indiscreta[7] de la película de Hitchcock. Y sigue desdoblándose la Caja-Origame en variados suportes: sabana-mesa-morada-armario-jardín-nube… Y así como el mito griego es completo, también la vida que inspira pausas y suspensiones lo es. Y los coreógrafos nos permiten un respiro, una tregua: Elpis[8], el espíritu de la esperanza queda escondido al fondo de la caja, protegiendo a los amantes, para que no abandonen su humanidad. Elpis, es el único bien que los dioses habían metido en la Caja de Pandora!  Acordemos que fue de esta historia que surgió la expresión «La esperanza es lo último que se pierde». ​ Y la dramaturgia de LA CAJA, que inicia con una cita bastante irónica de Nietzsche nos llamará la atención al facto que una vez sumergidos en el caos y violencia, vendrá la muerte de todo que vivemos. Sin embargo, en LA CAJA, así como en la trama mítica, escapa la ESPERANZA que viene a decir:  Hay algo ‘’humano demasiado humano[9] que nos rescatará:

Viviendo demasiado cerca de un hombre, puede sucedernos lo mismo que con un bon grabado, si lo cogemos con los dedos sucios: cualquier día no tenemos entre las manos más que un pobre papel arrugado y puerco. También el alma de un hombre se desgasta por el roce continuo; a lo menos acaba por parecérnoslo y no tornamos a ver su figura y su belleza original. Se pierde siempre en tratar demasiado íntimamente a las mujeres y los amigos, la perla de la vida.”                     (Nietzsche, 2005)

 Charlotte Giusti y Mauricio Rueda en LA CAJA – temporada nov de 2018 en Casa Darte-Cusco-Perú

LA CAJA… bajo la LUZ DE LA ESPERANZA;

Surge siempre un pensador esperanzado bajo la luz de la Filosofía, en este caso, Les Amis, que en su libro Conmemorando a Epimeteo (2009), restablece el valor de Epimeteo ¡Queda para Mauricio Rueda, evocar los dones de Epimêtheús, que significa literalmente: “el que reflexiona más tarde”! Yen su jornada de anti héroe, pasar de la marioneta-manipulada por las fuerzas sombrías, al despertar. Primero acompañamos a Rueda en sus gestos de una dejadez, donde abandona su cuerpo a los “déjà vu” del macho alfa y que perdido golpea, grita y maltrata su pareja. Pero en las revira-vueltas de la danza de la vida, nasce la posibilidad de un vuelo. Volar es el sueño humano, que irrumpe el rutinero cotidiano de los amantes que, suspendidos en el aire, parecen querer anunciarnos el canto profético de Nietzsche que recuérdanos: “la danza es algo más que un absurdo vaivén. Pues bien; la alta cultura es como la danza; necesita de fuerza y de ligereza”. Cuando el amor hace volar los enamorados, todos podemos sentir las altitudes del cuerpo, capaz de frecuencias altivas. Y en su aterrizar – después del clímax amoroso, ya no son los mismos, porque experimentaran los traslados al mundo del conocimiento orgiástico, los planos de las transcendencias que cuentan de la harmónica dependencia de unos a otros, en términos de compartir, cuidar y finalmente, amar.

Desencajar;

Ya estamos hartos de ver los cuerpos cusqueños presos en la Caja-Folclórica que para nada representa los temas vitales y originarios. El Arte en Cusco aun parece “encajotada” en caricaturas de su cultura local que rarísimas veces vuelve la atención a lo que pasa en el presente momento. ¡Los felicitamos, por brindar reverencia a los temas universales!
Cuando conocí Charlotte, le dice: danza bonito Charlotte ¡ Pero pasados los años, ella ya ha paseó por este camino y ahora le propongo otra grande aventura: deja al presente el terreno del acontecimiento e inviste en un Telos (que aún nos parezca como una esperanza sin promesa o un ideal longincuo), permite  refletar  algo más que el deseo –  Platónico – de los que solo aman lo más bello ¡ Del espíritu se puede decir lo mismo que del cuerpo que danza: “está lleno de alegría, de éxtasis, de danza. Así lo qué se conserva guardado en un baúl; las cosas creadas, o la obra de arte, son un bloco de sensaciones, un compuesto de perceptos e afectos”. (Deleuze y Gattari)
Entonces Charlotte-Bella-Pandora: ¡déjate afectar por todo lo que aún queda en tus sombras!
Después de introducir una cosa en otra de manera que quede ajustada, inicia con los derivados de tu caja. Deja de intentar que todos los cuerpos se acomoden perfectamente, entre dos o más cosas, que estén en armonía con nuestros cuerpos en caracteres encajados perfectamente. Hay que meter una cosa, dentro de otra, desajustadamiente, imprevisiblemente sin buscar coincidir, o estar de acuerdo todo tiempo. El desacuerdo, puedo suscitar novedades impensadas. Es que en verdad todo lo que podemos (¿o debiéramos?) eludir en este viaje del componer, es nos permitir ser amenazados por los ataques a nuestras certezas. Ya no queremos solo ver las certezas ensenadas. Hay que aventurarse por los cuartos oscuros, las asombraciones que el Cuerpo-Caja carga en sus silencios, vacíos y contrariedades. ¡Y quizá, arriesgarse entre ambivalencias aun no resultas! ¡Y en ese entonces, vuestro sueño de Caja de herramientas para Danzar, podrá probar un lanzamiento a “La boîte-en-valise”! Si, como la Valise-Maleta del artista francés, Marcel Duchamp[11] – sus Cajas-Dadaístas que fueran concebidas como un museo portátil. Una oda a la Caja-Ombligo del Mundo que, navegando alrededor del Universo, condensa el principio de un gabinete de curiosidades.
Duchamp proponía otra forma de comportamiento artístico, buscando algo diferente de los movimientos de su época y es esa una de las principales metas que cabe a los artistas en todas las épocas: proponer nuevos comportamientos, liberados de la cómoda repetición, del todo que ya fue hecho y dicto antes.11

 

Caja-D’Arte;

Y de LA CAJA de los Dartes, redescubrimos la Caja de Herramientas, de donde salen artefactos, instrumentos de operar los modos de vida que inspiran maneras de pensar, y los modos de pensamiento que crean maneras de vivir. Las obras plasmadas tienen la misión de salir de los lugares comunes. ¡La violencia doméstica que somos cómplices, en la escena propuesta por los Darte, nos paraliza, sin embargo, no puede quedar banalizada! Los conflictos deben apuntar soluciones; ¡por qué el Arte, es el campo de las infinitas herramientas y creativas alternativas! La vida sigue en sus direcciones imprevistas., y aquí está el punto donde LA CAJA me deja un deseo:  ver estés dos cuerpos confrontando los peligros, escapando de las grafías estudiadas, se oponiendo a las formas exhaustivamente visitadas.

Pues bien, de vuestra Caja-Valise aún pueden salir diminutas y minúsculas escenas a poblar inéditas dramaturgias, verdaderos “readymades[12] del cotidiano. Para tanto hay que seguir el ejercicio permanente de probar posibilidades combinatorias contenidas en una única ecuación coreográfica. ¡Vuestra Caja es infinita! Provoca la busca de formas-figuras-extrañas. Ya es el tiempo de desnudar. Despojarse de las ropas usadas y propias del perchero. Los hábitos que limitan los movimientos e esconden gestos y partes de los cuerpos que son importantes para la composición de figuras-entidades aun no visitadas. Así los cuerpos que danzan se presentarán en formas más abstractas, en una morfología que se mostrará diferente de la habitual. ¡Porque es el Teatro-Caja-Mágica del no habitual que anhelamos! Algo incierto e infecciosamente letal. El andar en posición vertical está sobrevalorado. Adán y Eva ya les pusieran nombres a todos los animales domésticos, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero cabe a los artistas, ayudarlos en la evolución de las posibilidades de cada objeto existente. Dios dice a Adán y Eva:

“Eso no es ninguna fuga…es una lágrima”. “Para qué es la lágrima?” preguntó el ángel. Y Dios dijo: “Las lágrimas son la manera humana de expresar su dicha, su pena, su desengaño, su amor, su soledad, su sufrimiento y su orgullo. “¡Esto impresionó mucho al ángel “¡Eres un genio, ¡Señor, pensaste en todo! La mujer es verdaderamente maravillosa “¡Lo es! La mujer tiene las fuerzas que maravillan al hombre. Juntos aguantan dificultades, llevan grandes cargas, pero tienen felicidad, amor y dicha. Sonríen cuando quieren gritar. Cantan cuando quieren llorar. Lloran cuando están felices y ríen cuando están nerviosos. Luchan por lo que creen. Se enfrentan a la injusticia. No aceptan “no” por respuesta cuando creen que hay una solución mejor ¡“.

                                                                                                (Del libro del Génesis: 2, 18 – 24)

Simone Mello (1972)                 

 (Brasilera – residente en Cusco-Perú)

Bailarina y Directora del Cuerpo Fluctuante de Cusco (Laboratorios Creativos para la Investigación de la Danza y Butoh). Con Maestría en Danza por Universidad Federal de Bahía-Brasil (2013), disertación: “Fluctuaciones del Butoh en el Cuerpo del Artista que Danza. Poéticas del Mestizaje”. Con Especialización en Estudios Contemporáneos del Cuerpo – Programa de Post-Grado en Danza (UFBA) Bahía-Brasil, 2007. Licenciada en Danza por la Universidad Paulista de Artes (São Paulo-Brasil-1996). Creadora y directora del ”I y II Encuentro Internacional de Danza Infinita”, Cusco 2015/16. Tiene artículos publicados en el Guía de Arte de Lima, en la Revista Fluir de México y en la Revista Luli – Papeles en Movimiento (Bolívia).

Presentación LA CAJA Temporada Noviembre/Diciembre 2018 – Av.Micaela Bastidas 331 (Wanchaq), Cusco, Perú
REFERENCIAS

[1] Baruch de Espinoza (1632 – 1677) filósofo neerlandés sefardí hispano-portugués, heredero crítico del cartesianismo.

[2] Xavier Le Roy, 1963, danzarín y coreógrafo francés contemporáneo – Temporary Title at Carriageworks, Sydney. Photograph: Xan Wimberley / Kaldor.

[3] Sidi Larbi Cherkaoui, danzarino y coreógrafo belga. Recebió dos Laurence Olivier Award de Mejor

Produccion de Danza.

[5] Lygia Pape (1927 – 2004) grabadora, escultora, pintora, cineasta y artista multimedia brasilera.

[6] Andy Warhol (1928 – 1987), pintor y cineasta norte-americano, figura mayor del movimiento Pop Art.

[7] Título original en inglés, película de 1954 dirigida por Alfred Hitchcock (1899-1980), cineasta y productor británico.

[8] Elpis, deidad griega que personifica la esperanza. Algunos dicen que fue hija de Zeus y madre de Feme (fama).

[9] Primero libro de Friedrich Nietzsche, filósofo, crítico cultural, poeta del siglo XIX, nascido en Alemania.

[10] Charlotte Giusti y Mauricio Rueda en LA CAJA – temporada nov de 2018 en Casa Darte-Cusco-Perú.

[11] Marcel Duchamp (1887-1968) había imaginado el concepto de una caja editada en varias réplicas, que contenían reproducciones de sus obras y sus notas: el fruto de esta primera reflexión es La Boîte de 1914.

[12] Objeto Encontrado (objet trouvé; found art o ready-made) describe el arte realizado mediante el uso de objetos que normalmente no se consideran artísticos. Duchamp fue uno de los pioneros de su establecimiento a inicios del siglo XX.

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