En el marco de las actividades realizadas por Sinergia del Movimiento, plataforma de intercambio y difusión de nuevas metodologías en las artes escénicas, se llevó acabo el conversatorio “Tejidos de arte y vida”,  sobre el reconocido grupo de teatro Maguey, que cuenta con más de 30 años de experiencia en el campo de las artes escénicas. El evento, que contó con la participación de los  principales miembros de la agrupación: Willi Pinto, director y fundador; María Luisa De Zela y Graziapaz Enciso; se realizó el 10 de setiembre en el auditorio del ICPNA del Centro de Lima. Estos son algunos de los temas tratados en el coloquio.

Por: Julia Ortiz

Maguey teatro (1)

¿Por qué Maguey?

El grupo de teatro Maguey, iniciado desde 1982, fue creado como una iniciativa cultural en el campo de las artes escénicas desarrollando enfoques de interdisciplinariedad e interculturalidad. El nombre, como explica su director, se debe a las características y atribuciones mágicas que se le da a esta planta. Su resistencia a los climas contrastantes como la lluvia y la sequía; y sus atributos relacionados a la cosmovisión de culturas del Perú antiguo, se identifican con el grupo, ya que este se crea en un momento de crisis política como fueron los años 80, y consigue, además, echar raíces con la fundación de su centro cultural durante la siguiente década, en la que el Perú vivía una fuerte crisis económica. Por otro lado, cabe resaltar su constante trabajo en la investigación de nuestra historia literaria y nuestras tradiciones.

Propuesta teatral con una perspectiva diferente en el desarrollo de las artes escénicas. 

Maguey apuesta por el rescate de una mirada interdisciplinaria con la puesta en escena de proyectos que se caracterizan por el encuentro entre diversas expresiones artísticas como la danza, literatura, música, teatro, pintura, entre otras. El grupo teatral muestra siempre una persistente búsqueda por desarrollar un espacio donde el público se identifique con la obra, sin por ello  olvidar su compromiso hacia la creación, experimentación, investigación y pedagogía, que va de la mano con su concepto del “teatro como un vivir y servir”, expresión referida por Wili Pinto.

Busca, crea y valora nuevos espacios.

Maguey nutre su aprendizaje con experiencias como el teatro en provincia y zonas populares de la capital, actividades que consideran importantes en estas áreas, por no evidenciar una proximidad fluida con el teatro. Maguey actúa creando vínculos con la población, tratando de no solo ofrecer un espectáculo teatral, sino también de rescatar y revalorar las costumbres y tradiciones, con el fin de conceptualizarlas y difundirlas poniéndolas en escena. Como lo señalan sus miembros, Maguey “acerca el teatro a poblaciones que no se encuentran vinculadas a círculos de teatro”, y nos comentan algunos ejemplos, como la experiencia que tuvieron en las provincias de Apurímac, Abancay y Andahuaylas, o el caso del poblado de Narihualá en Piura.

Teatro y educación

Los miembros de Maguey han afirmado en su línea de trabajo aspectos importantes como la educación y pedagogía. De esta manera, desarrollan  diversos talleres dirigidos a público tanto especializado como general, acercando el teatro a niños, adolescentes, adultos, educadores y empresas. Sus actividades tienen como principal objetivo reforzar el desarrollo personal utilizando la consolidación de los valores.

Puestas en escena

Las actrices María Luisa De Zela y Graziapaz Enciso nos cuentan sobre el trabajo actoral que se vive detrás de las funciones realizadas por Maguey. Ellas señalan que la puesta en escena es parte de un proceso de laboratorio complejo, en el que los finales son variables” y los actores conciben su interpretación tratado de identificarse con el material ofrecido por su director, utilizando primero sus experiencias y luego integrándolas a la obra que se encuentra en un constante fluir de creación.

Entre las primeras puestas en escena de Maguey se encuentran “Ande por las calles”, que utiliza el doble significado de Ande (andino y caminar) para reflexionar sobre las migraciones en los años 80, y que fue escenificada en la plaza de Manco Cápac; “Micaela”, que utiliza textos de José María Arguedas, Alfonsina Barrionuevo y Eduardo Galeano; “Azul Naranja, el espejo de la Flor”; “Crónicas innominadas, travesía de hidalgos y chatarreros”, entre otras. Muchas de las obras del grupo toman como inspiración citas de textos literarios, permitiendo un constante diálogo y reflexión sobre nuestra  identidad.


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