Fabricio Medrano es FABER, es artista visual urbano desde los 14 años.

Paulo Virreyna es TRAZO, empezó a los 15 años a llenar de color la ciudad.

En el marco de ComparArt, los artistas visuales FABER, TRAZO y DECERTOR dialogaron con el público asistente a la exposición, acompañados con el filósofo Martín Acero Vivanco. 

Fabricio Medrano tenía 14 años cuando empezó naturalmente a dibujar y pintar sobre todo tipo de superficies en las calles de Miraflores y Barranco, paredes abandonadas, esquinas tristes que se llenaban de color y de formas. Entre la adrenalina de lo prohibido y la intervención artística marginal, junto a sus amigos mayores que él, empezó a sentirse un grafitero, un artista urbano, empezó a sentirse FABER.

Paulo Virreyna empezó a los 15 años a recorrer las calles de Lima junto a sus amigos del colectivo DMJC, Dedos Manchados en la Jungla de la Calle. Siempre le atrajeron esas formas raras que en medio de un muro invadido por la propaganda política y la publicidad se abría espacio para llamar su atención, era una grafiti de algún otro grupo de jóvenes que querían llenar de color la tristeza de la ciudad, así empezó Paulo quien desde entonces en el escenario del arte urbano se le conoce como TRAZO.

Hace una década atrás esta expresión del arte urbano era realmente marginal y furtiva, y los impulsaba a vivir su arte anónimamente. Para FABER “ahora el grafiti es más aceptado. Antes apenas te veían con el spray en la mano, ya te estaban señalando, te tildaban de delincuente. En cambio hoy se ve más apertura frente a este arte. Parte de las razones de esta aceptación es la misma movida de los artistas urbanos por el reconocimiento social de su labor”. Estas imágenes son representación de un sentir individual que interpreta a través de las formas y el color un sentir colectivo. Para Trazo las imágenes de sus obras “no son imágenes decorativas, son imágenes de un alto contenido simbólico que están ahí, en el espacio público para interrogar a los transeúntes, para decirles algo que los haga sentirse vivos”.

Obra de TRAZO ubicada en el tercer nivel de la Sala Kuelap del Ministerio de Cultura en el marco de la exposición ComparArt que va hasta el viernes 31 de octubre 2014. Representa a un personaje que vive en las inmediaciones del parque de Jesús María en Lima. TRAZO: “La intención fue traer a esta persona simbólicamente al Museo de la Nación”.

FABER es un artista con formación académica y también trabaja en los formatos lienzo y pincel, aún así todavía siente que el grafiti, el mural, el gran formato en la calle, le llena de esas sensaciones inexplicables que hacen que alguien sienta que definitivamente está en lo suyo, persiguiendo simplemente sus sueños. “Es la emoción del proceso. Es distinto pintar en la calle que en tu taller. Es la adrenalina, es el misterio, es la revelación. El muro te plantea una situación y es simplemente esa sensación de libertad de formas y de temáticas, es sentir a la gente a tu lado, casi pintando contigo lo que te llena de esto tan difícil de definir”.

Entonces, en medio de la gente y los autos, de la ciudad girando alrededor, los vendedores ambulantes, los músicos callejeros, FABER y TRAZO son testigos directos de las escenas de gente deteniendo la mirada ante sus obras aún en proceso, aún en camino de ser lo que ya es: una imagen en construcción permanente, un momento en el que los colores y las formas se detienen con la promesa de la muerte. “Tú no sabes si ellos verán la obra final, ni siquiera sabes si tu obra perdurará a este día, está siempre la idea de que tu arte es efímero, está hecho solo de instantes, que este momento es para ti y para el espectador, que es lo absolutamente único y verdadero que quedará en ambos”, afirma TRAZO emocionado. Mientras que FABER agrega que por eso toma fotografías siempre de lo que pinta, como aquella persona que retrata una fotografía de aquel momento irrepetible, “al principio me daba cólera, pero esta experiencia te hace entender a la buena y a las malas, que así como la vida, esta obra está de paso, que hacerla y que la disfruten forman parte de los mejores momentos de tu vida”.

Parte del mural realizado por FABER ubicado en el tercer nivel de la muestra CompartArt. Será la única oportunidad de apreciar esta obra debido a que está realizada sobre la superficie de la pared.

La expresión visual a través del grafiti forma parte del consumo cultural de los ciudadanos que jamás han tenido la oportunidad de pisar una galería o que simplemente estuvieron prohibidos de una educación que los acerque a valorar el arte visual contemporáneo. Hoy se ve a las municipalidades cediendo muros y apoyando proyectos artístico visuales en la vía pública, falta mucho para el total reconocimiento de este arte como expresión de los derechos culturales de la ciudadanía y de los propios artistas visuales que la practican. Pero es un buen comienzo. Como también lo fue para FABER, que ya cuando estuvo en edad de decidir sobre las riendas de su vida, seguir un camino profesional, decidió estudiar la carrera de artes visuales en una universidad. O como en el caso de TRAZO, quien decidió seguir una carrera de Diseñador Gráfico profesional.

Hoy ambos son artistas visuales reconocidos por el nivel de desarrollo de su talento, son invitados constantemente a festivales de artes visuales urbanos en diferentes ciudades del país. La última de ellas es su exitosa participación en la exposición de arte contemporáneo ComparArt en la Sala Kuelap del Ministerio de Cultura, en el tercer nivel, correspondiente a los más jóvenes artistas convocados por la organizadora Malena Santillana y el curador de la muestra Carlo Trivelli. Una apuesta que definitivamente marca un hito en la institucionalidad cultural.

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