En 1915 en la zona que ocupaba el Teatro Olimpo se inicia la construcción del nuevo teatro denominado Forero a cargo del ingeniero peruano Alfredo Viale. Se tomaron como modelos, el “Reims”, el de la Rue Montaigne, y el “Máximo” de Palermo. El Teatro Forero aún sin terminar fue inaugurado el 28 de julio de 1920 con el inicio de la temporada de la Gran Compañía de Ópera Italiana de Adolfo Bracale quien interpretó la ópera Aída de Giuseppe Verdi. Los palcos presidencial y municipal al momento de la inauguración se ubicaron en el nivel de los palcos altos. Años más tarde, el 31 de diciembre de 1928, estas instalaciones fueron adquiridas por la Municipalidad de Lima, y desde entonces su nombre oficial pasó a ser: Teatro Municipal. La fachada se terminó de construir en 1938. Las decoraciones estuvieron a cargo de los escultores Manuel Piqueras Cotolí y Marcelina Domingo.

En aquella época en varios locales de la ciudad se presentaban regularmente compañías encabezadas por actores peruanos que también hacían giras por todo el país para deleitar a los grandes señores de las capitales de provincia. Caracteriza este periodo la presencia de capocómicos o divos, que se unen entre ellos y forman familias teatrales, otros se proyectan al extranjero y se desarrollan lejos del país.

Aunque llegan al país compañías extranjeras, todavía domina la escena nacional el estilo español de actuación y hay muy poca presencia de dramaturgos de otras lenguas. El público prefiere la comedia ligera, la zarzuela y la opereta.

Durante el oncenio, el presidente Augusto B. Leguía dio su apoyo para que el alcalde de Lima, don Federico Elguera, con miras a las celebraciones del Centenario de la Independencia Nacional, reconstruyera el Teatro Principal de Lima incendiado años atrás. El 14 de Febrero de 1909 se reinauguró con el eventual nombre de Teatro Municipal, posteriormente en 1929 será cambiado a su actual y definitivo nombre, Teatro Manuel A. Segura.

En el Delicias (1910) de los Barrios Altos se representó teatro chino. En la Plaza Italia estaba el Mazzi (1911). En 1914 se inauguró el Teatro Colón de la Plaza San Martín y también existieron espacios importantes en el Callao. Por estos años César Vallejo (1892-1938) envía al Perú artículos sobre el teatro europeo.

Mientras España se desangraba en una guerra civil, los obreros del teatro anarco-sindicalista representaban a Enrique Ibsen en salas limeñas. Ya en plena guerra llegan nuevos autores no españoles a los escenarios nacionales, como el italiano Luigi Pirandello y el norteamericano Eugenio O´Neill. La década del 40 será el declinar del teatro de divos y de la afirmación del teatro de arte practicado por los grupos independientes.

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